Multimasking, varias mascarillas a la vez.
El invierno es la mejor época del año para aplicar tratamientos específicos de la piel que en otros momentos, por el calor, o el sol, es preferible no hacerlo. Las temperaturas más bajas, o la sequedad en el ambiente hacen que, además, la piel necesite mayor nutrición, y agradece enormemente, que se la demos. Para ello, existen unos tratamientos que se aplican de forma puntual, dos o tres veces por semana, que van a conseguir aquello que estamos buscando, siempre dependiendo su finalidad: las mascarillas.
Ocurre, sin embargo, que en estos días de locura, en los que parece que tenemos tiempo para todo, menos para nosotros mismos, ponemos la excusa del tiempo para no tener ese ratito de mimos para nuestra piel. ¡Error! Si te ves reflejad@ en esto, que sepas que la tendencia en belleza hoy en día es el Multimasking.
¿De dónde viene?
Es una tendencia que llega desde tierras orientales en concreto, de Corea del Sur. No es de extrañar, que si algo caracteriza la piel de estas mujeres es su tersura y siempre hemos deseado el secreto para tenerla igual. Pues bien, parece que el uso de mascarillas ha llegado para quedarse. Consiste en la aplicación de diferentes mascarillas en el rostro, a la vez, en diferentes zonas. El objetivo principal de esta aplicación múltiple es que cada zona tiene unas necesidades específicas y, por tanto, debe tener un tratamiento distinto. Este cocktail de mascarillas (Multimasking) tienen muchas ventajas para tu piel, suponiendo un ahorro de tiempo con una simplificación de este proceso. Esos momentos que dedicabas a aplicar una mascarilla facial por todo el rostro un día, y una mascarilla diferente otro día, pueden convertirse en un único momento de SPA facial en el que cada zona sea tratada de forma diferente.
¿Cómo se hace?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la piel normalmente no es una superficie uniforme. Seguramente tienes zonas grasas y zonas secas (e incluso zonas más sensibles). Lo primero que hay que hacer es conocernos, ver cuáles son las zonas más secas y cuáles son las que tienen tendencia a engrasarse. En la mayoría de las pieles, la zona T (barbilla, nariz y zona inferior de la frente) es la más grasa y donde hay más brillos. Las zonas más secas suelen ser las mejillas, la parte superior de la frente y el área alrededor de los ojos. Pues bien, una vez sabido eso, ¡ya está! aplicaremos una mascarilla asteringente, purificadora o limpiadora en la zona T, y otra nutritiva, hidratante o incluso antimanchas en el resto.
Algunos truquillos
Un truco importante: Puede ser que apliques las mascarillas con una brocha para base fluida. Así, evitamos mancharnos pero, lo más importante, aplicamos menos cantidad y más uniformemente.
Otro truco: aplicar la mascarilla después de ducharnos, tenemos el poro abierto y es más propicio para que sus efectos se multipliquen.
Y otro: hacerlo por la noche. Nuestra piel tiene por delante ocho horas para relajarse y, además, evitamos el impacto directo del sol después. No olvidemos que muchas de estas mascarillas tienen elementos despigmentantes, o incluso ácido glicólico, así que mejor evitar el sol en las siguientes horas.
Y el último truco: aprovecha este momento como nuestro momento, es decir: descansar y desconectar. La piel se estresa con nuestro estilo de vida, por lo que si le regalarmos este ratito de mimos, también favorecemos los efectos de las mascarillas se multipliquen en la piel.
Cuéntanos si sueles hacer «multimasking», cuáles son tus favoritas o si por el contrario, lo pondrás en práctica a partir de hoy