Cuando en la vida moderna nuestras facetas profesionales y sociales se entremezclan, el estilo se va adaptando a cada una de las situaciones, intentando siempre estar acorde en cada momento con cada circunstancia en un evento, ya sea laboral, personal o social.
Sin embargo, en algunas ocasiones nos lo ponen bastante difícil, cuando hay que salir corriendo del trabajo para acicalarnos y además querer ser puntual estando arrolladora. En esos casos, se agradece tener cerca a un estilista, personal shopper o simplemente a una amiga sincera que te diga opciones para estar divina.
Sería de gran ayuda que aquellos departamentos de comunicación, gabinetes de prensa, empresa de comunicación profesional o sencillamente, aquellas personas que se encargan de las relaciones públicas, se apiaden de nuestra vista y olfato, dando alguna orientación al invitado de cómo sería el «Dress code» adecuado a dicho evento. Explicando, en su caso, que hay tarima flotante tipo atraque de barco o que hay adoquines e incluso que el césped no es artificial y así una, se pensaría dos veces el llevar unos «Manolos» para que no se manchen de verde (que no es que yo los tenga, pero pienso en mis amigas poderosas que sí los tienen).

Si, reivindico desde aquí a todos aquellos que organizan, difunden y patrocinan que reclamen el nombre del «Dress Code» con la misma importancia que le damos a la fecha, hora y lugar del evento; seguramente a más de uno le daremos empleo y a otros, nos evitarían un dolor de cabeza.
¿¿¿Me apoyas en la moción???
Deja una respuesta