SIN COMPROMISO O COMO SOBREVIVIR A ESTA NUEVA ERA
«Sin compromiso» es la combinación de palabras más repetida en esta nueva era.
Si ponemos esas dos palabras en Google, salen 9 millones de resultados, encabezado por la película romántica del año 2011 «Sin Compromiso» (No Strings Attached en versión original)
en la que Emma (Natalie Portman) y Adam (Ashton Kutcher) buenos amigos desde hace mucho tiempo, casi arruinan su relación por pasar una noche juntos. Deciden, entonces, preservar su amistad por encima de todo, aunque tengan relaciones íntimas. Muy pronto descubrirán que es muy difícil mantener una relación estrictamente física sin contraer compromiso alguno y al margen de los sentimientos.
Eso es lo que nos pasa en esta vida que llevamos. Queremos sexo sin más, pero cuando lo haces, siempre hay un momento en que las expectativas formadas por alguna de las dos partes, rompen esa «frialdad» y se desatan sentimientos de colegueo, amistad, amantes… «de pertenencia»… comenzando así un camino de recriminaciones o sencillamente, no es el/la adecuad@, desapareciendo del mapa. (Sé que eso sólo me ha pasado a mí, lo sé…)
Si queremos el amor romántico que nos han vendido siempre, desde Disney a cualquier productora americana, caemos una y otra vez en la desesperanza de que nadie «cree estar a la altura», «somos demasiado buen@s para ell@s», «no eres lo que deseo ahora, (después de 6 meses viéndose dos veces por semana)»… Frases todas ellas encontradas en Google según fuentes fidedignas 😉
Cuando todo es sencillo, fácil y claro.
La definición de compromiso deriva del término latino compromissum y se utiliza para describir una obligación que se ha contraído o a una palabra ya dada.
En el mundo empresarial, el «sin compromiso» llega de la mano de directivos que quieren tener los beneficios de un estatus social y económico, pero sin las responsabilidades correspondientes, por eso siempre que hay un logro, aparecen ellos en la foto, pero cuando hay un problema es «culpa» de los subordinados.
En el mundo del empleado, se transmite en «solamente hago lo que me dicen», quedando acciones a medias, sin terminar, sin proactividad y, por supuesto, sin aspirar a la excelencia del trabajo realizado. Quejándose constantemente de la poca valoración que la empresa hace de ellos, pero no miran al espejo para contemplar que los primeros que no se valoran son ellos mismos.
En el apartado doméstico, el «sin compromiso» radica en la liberación de poder contratar servicios telefónicos con cualquier operadora, energéticos con cualquier monopolio, viajes con las compañías operadoras de determinados lugares… cayendo todas en la misma «pobreza empresarial», ya que cuando el cliente acepta serlo, termina en el mismo cajón «cautivo» por medios no mostrados y volviendo a repetir la desazón que tuvo, cuando inició el camino del cambio de empresa de servicios.
Para finalizar, el SIN COMPROMISO, requiere mucha fuerza interior, mucho conocimiento de uno mismo, mucho ejercicio del dar más de lo que recibes en todos los aspectos de nuestra vida, para que realmente tengamos esa sensación.
Eliminando ese «anclaje» de posesión de algo o de alguien.
Deseo un compromiso libre y transparente,
¿es tan difícil de conseguir?
Espero tus comentarios.