Mi querido universo, sorpréndeme.
No quiero perder la capacidad de sorpresa por las cosas que me muestras, por las personas que me tropiezo, por las sensaciones que me haces conocer… quiero que me sigas sorprendiendo.
La capacidad de sorpresa no debería perderse nunca, lo previsible es aburrido en todos los aspectos de nuestra vida y nos precipita a la normalidad, al día de la marmota y al gris… cuando la vida está llena de colores…
Universo sorpréndeme… con reacciones imprevistas, con visitas inesperadas, con sonrisas cómplices, con lágrimas de nostalgia y gritos de desconcierto, pero eso me hace aprender, crecer y mejorar.
Universo sorpréndeme… con amores de verano, con bebidas burbujeantes para refrescar mi corazón, con abrazos de oso de quién menos me lo espero, con mensajes de voz con risas desternillantes y tardes de atardeceres inimaginables con banda sonora de película.
Universo sorpréndeme… con gente desagradable, envidiosa y egoísta para valorar los grandes corazones que permanecen a mi lado, aún conociéndome.
Universo sorpréndeme… con la llamada desesperada de un amigo y con el mensaje de agradecimiento de un conocido, con el pantallazo de una conversación “privada” entregada a quién no debías y con el mail de un lejano amigo diciendo: “aquí estoy para lo que necesites”.
Universo sorpréndeme… con noticias absurdas, profesionales mediocres e instituciones arcaicas… quiero que me sorprendas con clientes pagadores, con empresarios valientes que contratan a profesionales y con grandes empresas que valoran la trayectoria profesional de muchos de nosotros.
Universo sorpréndeme… con viajes en solitario, con amigos, de estudio o de aprendizaje… pero déjame viajar muchos kilómetros, no para huir sino para volver a mi esencia, a mi lugar, a mi pertenencia.
Universo sorpréndeme… porque la vida previsible es monótona, aburrida y aprobada por todos como normal… y ya sabes que yo… solamente quiero que me sorprendas.
Deja una respuesta